Una tumba en Mallorca

Hay una tumba en Mallorca que quiero visitar. No es que yo sea un gran visitador de tumbas pero, de vez en cuando, me apetece visitar alguna. Quise visitar la tumba de Pessoa en Lisboa. Supuse que estaría en el cementerio Dos Prazeres, un nombre precioso, ya que es el cementerio más cercano a una de sus últimas casas en la Rua Coelho Rocha. Estaba equivocado, pero eso me permitió conocer un bonito cementerio con tumbas que parecen casitas de muertos y su monumento a los aviadores. No fue hasta mi segundo viaje a Lisboa que pude visitar la tumba de Pessoa, en un rincón del claustro del Monasterio de los Jerónimos..

La tumba que deseo visitar ahora es la de Robert Graves, en Deià, Mallorca, en el cementerio del pueblo, en lo alto de una sierra, orientado a poniente, donde viven las Hespérides. Conocido sobre todo por sus novelas, Graves se describió siempre como poeta. Es un poeta incómodo para críticos y antólogos. De alguna forma, ni José María Valverde en su Historia de la literatura universal - la de casa de mis padres - ni su coetáneo Connolly, angloirlandés como él, pueden obviarlo, pues lo citan, pero tampoco consideran que deban detenerse en él más de dos o tres palabras. Graves no creía en las escuelas, los períodos, los movimientos ni nada que se le pareciese. La poesía era eterna y no dependía de las modas o los tiempos.

Es famosa la frase de Graves en la que aconseja utilizar sólo aquellas palabras que hayan sido escritas antes al menos medio millón de veces. Semejante actitud en un momento en el que la poesía y el arte en general estaban en plena revolución puede ser la causa de que el poeta Graves haya sido oscurecido por el novelista Graves. Un encuentro recordado en Adiós a todo eso, la autobiografía de Graves, parece ilustrar su relación con la poesía contemporánea.
Graves se hizo famoso con su autobiografía mencionada, donde no ahorraba el horror de las trincheras y con su gran novela Yo, Claudio. Desde entonces se le considera un novelista especializado en el género histórico. Pero por lo menos tres de las mejores novelas de Graves no pertenecen a lo que consideramos "novela histórica". En 1948, Graves publica La diosa blanca, un complejo ensayo sobre la inspiración poética. Será decisivo, pues toda esta teoría atravesará la obra de Graves, en verso o en prosa, de ficción o no ficción. Como he dicho, ni Rey Jesús, ni El vellocino de oro, ni La hija de Homero, son novelas históricas al uso; son las novelas de un polemista, que aplica su teoría poética para reinterpretar los mitos. No sé si Graves inventó el concepto iconotropía o simplemente fue el más brillante utilizándolo. La iconotropía consiste en la reinterpretación sistemática de los mitos en un sentido generalmente hostil al original. Le servía a Graves para explicar cómo la Gran Diosa original había sido substituída por cultos patriarcales y cómo los mitos "oficiales" habían desplazado a los "originales". No sólo escribió novelas polémicas, sino ensayos polémicos.

Recogido en:

http://www.librodearena.com/
Gracias Libro de Arena

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