LOS BORDADOS MALLORQUINES


Los bordados típicos en Mallorca son el punto mallorquín, la cadeneta, el punt enllaçat y el punt de creu. Es, la de los bordados, una artesanía recuperada muy recientemente. Los pueblos de mayor tradición son Manacor, Campos, Pollença, Sencelles, Santa Margalida, Artà y Felantix. En muchos casos, las artesanas tienen abierta tienda junto a su taller. En Palma todavía quedan algunos históricos establecimientos especializados: Can Bonet, Brodats Mallorca y Dana.
En origen se empleaba un solo color en una o dos tonalidades: azul turquesa -el más frecuente-, miel o rojo caldera. Durante los años 40 a 60 fue frecuente utilizar toda la gama de colorido media, siempre con tonalidades suaves, creando unas piezas de policromía muy llamativa.
Los motivos son siempre vegetales, flores, frutos y hojas unidos por líneas de tallos ondulantes, nunca muy cerrados, que recuerdan los zarcillos de la vid. Los elementos vegetales, no son naturalistas, sino que están extraordinariamente estilizados.
Los motivos en las piezas antiguas son grandes y parecen flores que recuerdan el tulipán, la granada o la piña, como si estuviesen cortadas por la mitad. Los espacios se llenaban de hojas que parecen de rosal trepador o de parra, no dejando apenas ver la tela del fondo.
Después se hicieron más pequeños y aparecieron las garsas. La cantidad de motivos utilizados no es muy grande, pero la variedad de combinaciones es tal que parece que su número es mucho mayor.
Se utilizaba para adornar piezas del hogar y, especialmente, el rebocillo que utilizaban las mujeres para cubrirse la cabeza. Los motivos llenaban toda la pieza, distribuidos en torno a un eje, de tal manera que se construye una especie de árbol de la vida, lo cual tiene mucha lógica dada su temática vegetal.
Este tipo de distribución ha desaparecido prácticamente. Ahora se organizan los motivos como una cenefa continua en los bordes de la pieza y, a veces, algunos motivos sueltos en la parte central o bien otra cenefa interior. Los remates son siempre sencillos, un dobladillo sencillo o con vainica ciega.
Los puntos empleados son muy sencillos.
En origen simplemente la cadeneta hecha a ganchillo totalmente, comenzando por los perfiles y rellenando el interior con líneas concéntricas.
Después se aligeraron los motivos haciendo a cadeneta todos los perfiles y rellenando parte de ellos con un punto de escapulario. Se enriqueció todavía más la labor incorporando, en los espacios que quedaban libres en los motivos, distintos puntos de adorno (cordoncillo, punto de cruz, punto del diablo) que las bordadoras mallorquinas llaman garsas.
La ejecución comienza por seleccionar una tela fina. En ella se dibujan los motivos por medio del estarcido.
Se coloca la pieza en el bastidor y se trabajan todos los perfiles a cadeneta, bien con ganchillo, bien con aguja.
Una vez terminados los perfiles se rellenan con punto de escapulario que no perfora la tela, sino que se engancha en las cadenetas hechas anteriormente. Y, por último, se puede dejar volar la imaginación haciendo las garsas.
Publicado por: conselldemallorca.com

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